¿POR QUÉ DIOS NO EVITA LOS PROBLEMAS?
- Angel Magnífico
- 1 dic 2014
- 6 Min. de lectura
Cuando estamos en problemas todo nos parece mal. Incluso Dios.
El sufrimiento nos trastorna a todos, aún a los creyentes. Es un tema complejo y complicado que nos afecta a todos.
Muchas veces estamos en problemas porque nosotros mismos los creamos, ocasionalmente porque los inventamos, otras veces son causa de la maldad existente y del mismo Satanás, a veces porque forman parte de un plan complejo de Dios que no entenderemos ahora. Y en algunas oportunidades, sufrimos porque Dios quiere enseñarnos algo.
No vamos a analizar ahora, las causas del sufrimiento o de las pruebas sino del por qué Dios no los evita. En esos momentos, aparecen muchas dudas: ¿Qué ocurre con nosotros cuando parece que Dios no nos oye? ¿Por qué a veces no termina con el dolor ya, a pesar de que se lo pedimos con fe? ¿Por qué Dios no quita ese problema?
Esto nos afecta tanto, que la mayoría de nuestras oraciones son pedidos a Dios para que evite los problemas (familiares, de salud, financieros, de trabajo, etc.).
Veamos un ejemplo del Antiguo Testamento en Num. 21:4-9:
El V. 4 dice que el pueblo se desanima. Nosotros también solemos desanimarnos frente al dolor, las pruebas, las dificultades.
El viaje era largo y el trabajo mucho. Estaban viajando por una planicie árida sembrada de piedras, no por la tierra que fluiría “leche y miel” como decía la promesa que Dios les había dado.
No estaban preparados para llegar inmediatamente a Canaán, se habían desviado del camino y estaban dando la espalda a Canaán. El desvío lo había resuelto Dios por su falta de preparación, no porque no quisiera que llegaran rápido a la tierra prometida.
Se alejaban en vez de acercarse y se impacientaron. En este momento, están literalmente de espaldas hacia la Tierra Prometida.
En el V. 5 dice que el pueblo se queja y se enoja con Dios porque se siente mal. Nosotros hacemos lo mismo.
Hablaron contra Dios y contra Moisés. Y le hacen un duro reclamo: “¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Hay una clara señal de impaciencia creciente: “nos hiciste” casi equivale a “por tu causa, no fue idea nuestra”. Veían la muerte encima de ellos.
Estaban confundidos: no entienden la diferencia entre Egipto (esclavitud) y el desierto (camino a la libertad). Se olvidaron de los milagros diarios de Dios por mantenerlos con vida. Parece que lo poco o lo mucho malo que nos pasa, oscurece todo lo bueno que nos pasó.
Estaban fastidiados del milagro diario del maná. No se quejaban de la escasez de alimento. Se quejaban de la monotonía de la dieta de Dios. Les parecía insípido. Recordaban los alimentos variados y sabrosos de Egipto y olvidaban que muchas veces, no los tenían.
Parece que cuando no tenemos algo de Dios, lo reclamamos; cuando lo tenemos, lo olvidamos.
Dios sabe que somos pecadores y nos sigue amando igual. NO VEIAN LA DIFERENCIA, PORQUE SOLO MIRABAN FORMA HORIZONTAL Y NO VERTICAL; SE HABÍAN OLVIDADO ADONDE IBAN: NUESTRO FIN NO ES EL REINO TERRENAL, ES EL REINO ETERNO.
En el V. 6 dice que Dios los disciplina. No castiga como los hombres, corrige con amor y para nuestro bien.
Dice que “Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes”. Ardientes por la inflamación de su mordedura, es decir, eran venenosas. En Palestina había 35 clases diferentes, de las cuales, 20 eran venenosas. Las serpientes eran naturales de la zona, lo mismo que los escorpiones. Dios los había librado de ellos por amor y por el milagro de su cuidado diario.
Ahora, debido a su reclamo, su cuidado protector se retiró y murió mucha gente. La consecuencia fue la muerte: siempre la consecuencia del pecado es la muerte, ahora o después, la natural y física o la eterna y espiritual.
En el V. 7 dice que el pueblo se arrepiente. Es el primer indicativo de todo cambio: sentir dolor por el pecado y tomar conciencia de él.
Reconocen su error y dicen: “hemos pecado”. Reconocieron la falsedad de sus acusaciones. Se humillaron ante Dios. Piden que Dios les quite las serpientes. Piden que Dios les quite el problema. Piden que Dios les quite este dolor. Nosotros haríamos lo mismo.
Pidió el pueblo y “oró” Moisés, intercediendo por el pueblo. Pero Dios no concedió la petición. No quitó el problema.
En el V. 8 dice que Dios no les quito las serpientes, pero les dio una salida. Dios los ayudó con un milagro superior al solicitado.
Tendrían que trabajar para corregir su desobediencia: “Hazte una serpiente… ponla sobre una asta”. Al colocarla sobre un asta o palo (mástil) de bandera, estaría lo suficientemente alta como para ser vista por todo el campamento.
Si ellos cambiaban, Dios haría otro milagro: “cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá”. Esa serpiente era un símbolo del Salvador que iba a venir. Por eso, no bastaba con verla, el pueblo tendría que “mirar con fe”, puesto que no había curación en la serpiente misma (cuando los judíos hicieron un ídolo de la serpiente de bronce hecha por Moisés (2 Re. 18: 4), el rey Ezequías la destruyó).
Debían mirarla, como una demostración de fe en la capacidad de Dios para sanar, porque en sí no tenía poder para curar. Los israelitas debían comprender que ningún símbolo, ni siquiera los del sistema de sacrificios, eran un fin en sí mismos.
Jn. 3: 14-15 dice: “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Dios no eligió un animal agraciado (por ej. Un oso panda), sino uno desgraciado. La serpiente pasó de ser el más astuto en Gn. 3:1 al engañador del. v 13, al maldito del v. 14 y al enemigo de la mujer en el v. 15. Por eso es, hasta repulsivo y por eso, generalmente representa a Satanás. Pero aquí, Cristo es una serpiente que no nos muerde, sino que nos salva muriendo por nosotros. Muchas veces tendemos a ver solo las serpientes que nos quieren morder (los problemas) y no vemos a la única que nos quiere salvar (Cristo).
La fe en el sacrificio de Cristo, sana cualquier plaga o mal y no es tan difícil como algunos lo presentan. Es creer en una persona no en una teoría. Hay que experimentar con Dios.
En el V. 9 dice que el plan de Dios dio resultado. Siempre es mejor que el nuestro.
Señala claramente que cualquier herido “miraba a la serpiente de bronce, y vivía”: se curaba, se sanaba. DIOS NO QUITO A LAS SERPIENTES, PERO DIO LA SALIDA; SI TIENE PROBLEMAS, TAL VEZ DIOS NO SE LOS QUITE, PERO LE VA A DAR LA SOLUCION. ¿Por qué actúa así? Para que vivamos. Esto es crecimiento cristiano, desarrollo espiritual, mejoramos como personas.
En 1 Cor. 10:9-13 dice que DIOS NO QUITA LA TENTACION, DA LA SALIDA: “Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no les dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla” (DHH).
DIOS PUEDE DEJAR QUE TE ENFERMES PERO TE SANA Y SI NO TE SANA, LO IMPORTANTE ES QUE TE SALVA. Y SI PERMITE QUE CAIGAS PERO TE SACA EL POZO, LO IMPORTANTE ES QUE SIEMPRE ESTÁ.
Prov. 17: 3 dice que habrá pruebas: “el crisol para la plata, y la hornaza para el oro, pero Jehová prueba los corazones”. Dios es el artesano y nosotros somos el barro con el cual Él trabaja. Nos amolda y nos da forma para que lleguemos a ser una pieza perfecta y podamos cumplir con su voluntad.
“Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación gloria y honor cuando Jesucristo aparezca” (1 Pe. 1: 8).
No le diga a Dios cuan grande es su problema; ya lo sabe. Dígale a su problema, cuan grande es Dios.
No permitamos hoy que los obstáculos desvíen nuestra atención y nos hagan creer que ya no hay salida, siempre hay oportunidades que vienen con ellos.
Dios no nos quita los problemas, para que crezcamos y nos desarrollemos de acuerdo a su voluntad.
DIOS PIENSA EN NOSOTROS SIEMPRE, PERO NUNCA POR NOSOTROS. En su amor, siempre provee una salida; tenemos que pedir su guía para encontarla.
¿Por qué Dios no te saca de los problemas? Porque te ama y te fortalece para que encuentres una salida que te haga más fuerte y mejor creyente.
Angel Magnífico
@porquesufrimos
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